martes, 29 de diciembre de 2009

GUAUUUUU, por Eddie Crane

La sociedad canina American Kennel Club (una especie de émulo de la Federación Canina Internacional) acaba de elegir a Snoopy como el mejor perro de la cultura pop estadounidense. Más de 75.000 participantes votaron por Internet y escogieron a sus canes preferidos del mundo de la televisión, el cine, la literatura, los deportes o el arte. El American Kennel Club celebra su 125º cumpleaños con este curioso catálogo encabezado por el beagle que diseñó Charles Schulz en los años 50. Le sigue el perro Reveille -¿quién? Sí, hombre, la mascota de la Universidad de Texas, un collie que parece haber suplantado al mismo Lassie- y el célebre Scooby Doo. El cuarto puesto, por sorprendente que pueda parecer, no es para Lassie. Ni para Rex, ni Milú, ni Pongo, ni Goofy, ni Pluto, ni Beethoven (el perro), ni Pulgoso, ni Ideafix, ni Rintintín… tampoco para Brandon, ni Buddy, ni siquiera para el perro de Paulov, ni el de Xabier Cugat, ni el de Xaudaró, ni el sabueso de Baskerville, ni los Tim y Scamper de Enid Blyton, tampoco Laika ni la perrita Marilyn de Herta Frankel.

El cuarto puesto lo ha conquistado Eddie Crane, el jack russell que vivió en Seattle durante 11 años bajo el bastón de su fiel dueño Martin y la mirada aniquiladora de Frasier quien, después de todo, terminó por encariñarse con el animal. Y eso que el perro seguía retándole a esas interminables ‘guerras de miradas’ que el doctor Crane nunca supo dominar, como tampoco logró impedir que Eddie se subiera a su preciado sofá de ante de Chanel que imperaba en el distinguido salón del 1901 de las Torres Elliott Bay.

Por cierto que el top ten lo remata Brian Griffin de la serie Padre de Familia, todo un ejemplo de la influencia de los shows televisivos en la memoria cultural occidental. El resto de la lista de la Kennel Club no me consta, pero desde luego es fácil imaginarse un repertorio digno de cualquier Leporello, porque esto de los perros célebres no es nuevo (ya quisieran los gatos). A todos los canes arriba mencionados podemos añadir algunos más, como el basset-hound de los Hush Puppies y del condado de Hazzard, Oddie, la eterna sombra del odioso Garfield; La Dama y el Vagabundo, Slinky, el perro salchicha que ayudaba a Buzz Lightyear; Dartacan, Balto, Ayudante de Santa Claus, alias el perro de Los Simpson; y por supuesto, Colmillo Blanco.



FRASIER: "Qué envidia me das, Eddie. Las dudas más grandes que tú tienes serán 'quién me sacará a pasear hoy, quién me dará de comer…' y yo no alcanzaré esa felicidad hasta dentro de 40 años. "

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Un Cuento de Navidad

Ahora que se aproxima la Navidad me viene a la cabeza, tal vez por la imagen gélida de aquél siglo XVIII que dibujó Dickens en Historia de Dos Ciudades y porque veo nevar a través de la ventana, esas palabras ácidamente irónicas que recapitularon sobre la sanguinolenta historia de la guillotina y cómo los gobernantes no supieron ver la que se les venía encima. Me imagino entonces escribiendo un cuento sobre nuestra adormecida sociedad y me descubro plagiando al mismo Charles. Después lo pienso mejor y me tranquiliza pensar que está muy lejos de mi alcance la sola idea de soñar con el plagio. Así que prosigo con mi desahogo social sobre nuestra paralizada y aterida sociedad, a la vez que pongo ‘grandes esperanzas’ en el inminente feliz 2010.

No ha habido tiempos mejores ni peores; eran años de buen sentido y de locuras; época de fe y de incredulidad; temporada de luz y de tinieblas; primavera de esperanza, invierno de desesperación; lo teníamos todo ante nosotros y no había nada; todos íbamos derechos al Cielo y marchábamos en sentido contrario.
Había en el trono de España un rey de ancha mandíbula y un gobernante de cara vulgar, y en Norteamérica regía un joven presidente de raza negra que fascinaba al mundo con su elocuente oratoria. En uno y otro lugar, los señores que administraban los bienes del Estado veían más claro que el agua que aquella situación estaba asegurada para siempre.
Corría el año 2009 de Nuestro Señor. Atrás veía España los días prósperos colmados de trabajo, bienestar y concordia de aquélla época afortunada, igual que lo había llegado a ser ésta. Se habían enterrado ya los fantasmas del pasado y ahora los fantasmas contemporáneos habían vuelto para divulgar sus mensajes con una falta de originalidad sobrenatural.

En el orden puramente terrenal de los hechos, el Estado y el pueblo de España acababan de recibir sencillos mensajes enviados por un insignificante grupo de súbditos que presagiaban una deriva fatal de las virtudes y los valores, tales mensajes tuvieron una importancia mucho mayor para el género humano una vez que se habían cumplido los peores augurios.
Norteamérica, menos favorecida en general en el terreno espiritual que su hermana transatlántica, se deslizaba sin sentir cuesta abajo, emitiendo papel moneda y gastándolo. Ni la nación de las barras y estrellas, ni la nación de naciones de bandera rojigualda podían sentir gran orgullo del orden y del sosiego falsos que en ellas reinaban. Todas las noches ocurrían en las capitales atrevidos asaltos a mano armada, y hasta actos de bandolerismo en plena calle, los guardias que iban tras los delincuentes a menudo eran tiroteados por los disparos de éstos cuando eran sorprendidos en sus actos. En las Cortes, los Parlamentos, los Ayuntamientos, los Tribunales superiores y no tan superiores y hasta en toda clase de Palcos presidenciales, la corrupción y el envilecimiento eran tan descarados que frecuentemente se despojaba a los ciudadanos de todo derecho, se abusaba de ellos con absoluta indiferencia y ante tales actos de depravación y deshonestidad se oía de vez en cuando un grito de la resistencia pidiendo amparo, pero era insuficiente para ser escuchado por aquellos seres llamados políticos, por lo que la Ley, igualmente putrefacta ya, era incapaz de descargar sobre ellos ningún tipo de castigo; y a todo el mundo le parecía completamente normal.

Estos hechos y otros mil ocurrían a cada momento durante el bendito y simpático año de 2009. Y en tal ambiente, mientras los insignificantes súbditos presagiaban una deriva fatal de los pueblos y países del mundo civilizado, el rey de ancha mandíbula y el gobernante de cara vulgar; así como el joven presidente que fascinaba al mundo con su elocuencia, se movían con mucho ruido y ejercitaban con mano despótica sus poderes democráticos. Así es como el año 2009 llevaba por las rutas que se abrían ante ellos a estos políticos y autoridades, y a millares de seres insignificantes, algunos capaces de cambiar el mundo y hacerse oír a través de los vicios burocráticos que ahogaban a estas y otras naciones.


FRASIER: No, hijo, tú haz caso a papá (...) ha sido tan sólo una pesadilla (...) el Senador Thurmond no está en tu armario.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Una habitación con vistas


















El mejor lugar para soñar es el alféizar de una ventana. Quiero creer que todavía hay personas que se apoyan en ellos para mantener vivos sus sueños, que suspiran por éstos asomados a algún balcón. Que pierden la mirada en el horizonte distante y, sin embargo, ven sus deseos más cerca que nunca. Una ventana es la puerta abierta a nuestros proyectos, el camino más despejado hacia nuestros anhelos. Es el hueco por el que entra la luz y se desvanece la oscuridad.
Por las ventanas podemos fugarnos a un lugar mejor pero también podemos mirar hacia el cálido interior que nos cobija y sentirnos protegidos y afortunados por estar en este lado. En algún lugar hay gente saltando por una ventana, fisgando por algún portillo furtivo o simplemente, abriendo un postigo y dejando que se cuele el aire fresco… Y en algún alféizar se habrá posado ahora mismo algún tordo silencioso o los brazos de algún pobre soñador, mientras los dos otean a la vez las hojas cobrizas de algún árbol perdido en la distancia.




FRASIER: Oh Niles, ¿te acuerdas? Por las noches nos escapábamos por aquí…
MARTIN: ¿en serio? Eso no lo sabía
FRASIER: Claro, papá, nos íbamos a buscar chicas y a tomarnos unas copas.
[…]
NILES: Frasier, ven un momento. No buscábamos chicas, íbamos a ver cine extranjero.
FRASIER: ¿Crees que papá quiere oír eso? ¡Ten un poco de piedad!

jueves, 5 de noviembre de 2009

Sobre ruedas anda el juego


Lo de las bicis en Madrid es como la multiplicación de los panes y los peces. Hace un año éramos cuatro monos los que pedaleábamos por la ciudad, pero ahora te salen ciclistas por todas las esquinas, detrás de cada arbusto, entre los coches, por las aceras, por la calzada... El Madrid Bike Tour 2009 que se celebrará este domingo lo ha dejado bien claro: en dos horas se agotaron las 8000 plazas para participar. Los afortunados correrán bajo el lema ‘Disfruta y muévete sólo con tu energía’. Lo bueno, que ya no somos un puñado de colgados, ahora lo de ‘bicicletear’ se ve como una práctica sana y sostenible. El problema es que las calles de la capital son como un campo de minas, solo que en vez de explotar te puedes caer en una zanja. Eso si no te atropellan los que van haciendo rally, porque conductores de esos llamados prudentes hay pocos en Madrid. Aquí todos son licenciados en ‘a ver quién arranca el primero’, o ‘a ver quién pita más fuerte’. Eso sí, a destreza no les gana nadie. Yo admiro a los conductores madrileños, quiero ser como ellos. Cuando voy en bici, sin embargo, me dan pavor. Por eso opto por invadir las aceras, con cuidado de no arrollar a los viandantes.

Pero es como siempre, si eres peatón odias a los conductores; si eres conductor, te apetece atropellar a algún que otro idiota que se perdió Barrio Sésamo el día de los semáforos. Y si eres ciclista odias a todo el mundo. Por eso hay tantos gilipollas sobre dos ruedas, que se creen los favoritos de la DGT… lo peor es que ciertamente son los predilectos de Pere Navarro. Sin embargo, me parece que hay más conductores que odian a los conductores, sobre todo los que se quedan encerrados tras la inoportuna doble fila. La otra opción es usar el transporte público, lo que me recuerda que a veces los autobuseros son como los taxistas: tienen un carril para ellos solos pero meterse entre los chirimbolos esos de plástico tiene que ser como lo de entrar en boxes a 300 km por hora, o sea, lo hacen una vez cada cinco vueltas y el resto del tiempo te toca compartir con ellos la aventura del tráfico urbano. De los motoristas mejor no hablar.

Para estar hablando de la tercera área urbana más poblada de la UE no vamos mal servidos de anillos verdes y espacios naturales. De hecho, Madrid cuenta con 70m² de zonas verdes por habitante, por los 20 m² de media en Europa y es la segunda ciudad del mundo con más árboles, sólo por detrás de Tokio. Ese dato siempre lo tengo en cuenta cuando respiro hondo.
Volviendo a lo de las bicis, digo que cada vez hay más por una razón sencilla y muy empírica: ahora el vallado metropolitano está sembrado de bicicletas atadas con cadenas y es como pararse en el escaparate del Decathlon. Tenemos mountain bikes, bicicletas de paseo, plegables, de trekking, de campo, de ciudad… a veces en las puertas de los colegios hay catálogos completos de triciclos, son los futuros jinetes del asfalto.

Contra lo que no se puede luchar, desgraciadamente, es con la accidentada orografía madrileña. Montaña arriba, montaña abajo, cuesta aquí y cuesta allá. Madrid es la capital del reino (del reino del coche), y por si fuera poco, el relieve está plagado de lomas y vaguadas. Pero todo lo que sube, baja y tampoco es como si la ciudad fuera el puerto del Tourmalet, asi que pedir carriles bici no es un desvarío caprichoso, sino una exigencia razonada y necesaria, que uniría retiros y casas de campo con parques y dehesas… Además, cuando llegas a la cima de algo siempre te sientes triunfante. Si además la cumbre coronada tiene vistas a la Sierra, el logro es doble, el paisaje supremo y la felicidad completa.


NILES: Mira estas máquinas, Frasier, ¡son bicicletas! No te separa nada del suelo más que el propio suelo.
FRASIER: Sí, pero si un niño de cuatro años monta, ¡nosotros también!
NILES: ¡eso dijimos a los seis!

lunes, 26 de octubre de 2009

Misteriosamente feliz

Madrid es esa clase de ciudades que a veces concede un regalo repentino a quien pasea por sus calles. O por debajo de ellas. El otro día iba en el metro y sin darme cuenta me encontré leyendo un poema de Joan Margarit que se hallaba estampado en la pared del suburbano. Mis ojos contemplaron sin pestañear aquellos ocho versos, a través del diverso gentío que se agolpaba junto a mí. Mientras recorríamos las tripas metropolitanas contoneándonos con el vaivén del traqueteo, pude sentir la lluvia golpear sordamente los cristales y oír el ladrido distante de aquél perro solitario. Me sentí misteriosamente feliz y ahora cobran sentido las palabras que una vez dijo el propio Margarit: «La alegría sólo puede extraerse de la realidad, por cruda que ésta sea».




La escucho y cae la lluvia,


y pienso en aquel perro solitario


que iba detrás del ataúd de Mozart.


Le sigo en los compases de este piano


y en los caminos que dibuja el agua


al irse deslizando en los cristales.


Voy, misteriosamente feliz, siguiendo a un perro


hecho a la vez de música y de lluvia.




Joan Margarit. “Misteriosamente feliz”



Ahhh, Wolfgang Amadeus. El único.

No sé a qué se refería Margarit con eso de ‘misteriosamente feliz’, pero son dos palabras que a veces pueden describir esa sensación que uno prueba cuando se topa de repente con un pequeño detalle inesperado y, misteriosamente, sonríe. Me atrevería a decir que es casi una obligación ser capaces de saborear esas pequeñitas golosinas que de vez en cuando caen en nuestra boca sin que nos demos cuenta. Celie, en El Color Púrpura (S. Spielberg, 1985) lo explica perfectamente: «Creo que Dios se enfada si pasas ante el color púrpura en el campo sin fijarte en él». A veces sólo se trata de eso.



MARTIN: Ni consiguiendo lo que quieres estás contento. Frasier, hijo, la vida no es dura, ¡tu la haces dura! Tú no disfrutas de las cosas sin más, tienes que analizarlo todo hasta la muerte. Mira, podrías aprender una buena lección de este perro. ¿Sabes con qué se contenta? ¡Con un calcetín!

jueves, 22 de octubre de 2009

"Luchar, buscar, encontrar... y no ceder"



FRASIER: “Las cosas no siempre salen como se planean, aunque eso no tiene por qué ser malo. A veces salen mejor que lo planeado”.


Creer en el destino es muy fácil. Al fin y al cabo, todos los caminos tienen un final, sea cual sea. Sin embargo, yo creo que nada es inevitable y que nada está predestinado. Tomamos nuestras propias decisiones y ‘hacemos camino al andar’. Ese es el mayor signo de humanidad y lo que nos hace libres. Aunque a veces parezca que estamos más cautivos que un ratoncillo de laboratorio… pero eso es otro cantar.

Es muy cómodo y bonito pensar que hay una ruta marcada con balizas luminosas que nos guían por un camino fácil y preciso. Pero es más bonito todavía, aunque mucho más comprometido, pensar que podemos desviarnos de ese rumbo fijado. Si no lo hiciéramos, “tal vez nunca seríamos quienes somos”. Palabra de Carrie Bradshaw (Sexo en Nueva York)
Las personas buscan y planean cosas, sueñan que algo suceda, y esperan ese momento. Nadie sabe de qué se trata exactamente. Pero todo el mundo aguarda, confía, se ilusiona. Y busca. Es lo que nos hace sentir vivos.


En cierta ocasión, Frasier Crane cita el ‘Ulysses’ de Alfred Tennyson. Ahí va un fragmento:





Come, my friends,‘Tis not too late to seek a newer world. […]
It may be that the gulfs will wash us down: It may be we shall touch the Happy Isles, And see the great Achilles, whom we knew. Tho’ much is taken, much abides; and tho’ We are not now that strength which in old days Moved earth and heaven, that which we are, we are: One equal temper of heroic hearts, Made weak by time and fate,
but strong in will To strive, to seek, to find, and not to yield.

______________________________________

Vamos, amigos,
No es demasiado tarde para buscar un mundo nuevo. […]Tal vez la corriente nos arrastre. Tal vez acariciemos las Islas de la Felicidad. Y si bien ya no tenemos la fuerza que teníamos para mover cielo y tierra, Lo que somos, lo somos. Debilitados por el tiempo y el destino, pero fuertes de voluntad. A luchar, a buscar, encontrar y no ceder.



Todo menos rendirse. La bandera de rayas rojas y blancas puede seguir ondeando en lo más alto. Emblema de gloria, escudo de honor, noble azote del viento.

sábado, 17 de octubre de 2009

Requiem por un 'jugón'



FRASIER: Papá, me temo que el doctor no va a poder atenderte hoy.
MARTIN: Ah, estupendo. Estos condenados médicos presuntuosos te tienen una hora esperando y luego ni aparecen. ¿Es que piensa estar jugando al golf todo el día? Ese arrogante matasanos de mierda...
FRASIER: Papá… El doctor Newman ha muerto, ha fallecido hace una hora.
MARTIN: Pobre, ¡con lo bueno que era!


Andrés Montes era un tío singular. Un periodista insólito con un estilo asombroso y original que a mi, personalmente, nunca me sedujo del todo. Pero era único.
Su carrera comenzó en los micrófonos de la radio, aunque su popularidad creció de la mano del baloncesto y sus retransmisiones de la NBA para España, y ese inconfundible ‘ratatatatatata…. ¡Triiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiple!’.


Yo, la verdad, prefiero recordarle por eso, por el ‘basket’, más que por sus narraciones de los partidos de fútbol. Nadie olvidará, sin embargo, esas muletillas disparatadas que han marcado una época, como los “Tiqui-taca”, “jugón”, “la vida puede ser maravillosa”… Montes era peculiar e inimitable, o lo odiabas o lo adorabas; o bajabas el volumen de la televisión o lo ponías a tope.


Seguro que la huella de Andrés en el periodismo deportivo es profunda y, desde luego, incluso a los que a veces nos desesperaba, nos será difícil olvidarle. Aunque sólo sea por su calva morena, el cordelillo de sus gafas o sus pajaritas de colores.


Hoy en día es difícil dar con alguien verdaderamente original. Y optimista. Y Montes encarnaba la originalidad y la ilusión más fresca. Gustase o no gustase, lo cierto es que tenía su gracia. Por eso, Andrés, creo que Alguien ahí arriba te ha fichado para que les animes el cotarro. Hasta siempre.

viernes, 16 de octubre de 2009

1959-2009


‘Con faldas y a lo loco’ (‘Some like it hot’, 1959) cumple 50 años. ‘Felicidades’ se antoja una expresión lacónica para una cinta como ésta, calificada una y mil veces como ‘perfecta obra maestra’. Yo no recuerdo haberme reído tanto con una peli en blanco y negro desde ‘La costilla de Adán’ (‘Adam’s rib', 1949). Que Marilyn Monroe necesitara 47 tomas para decir correctamente “soy yo, Sugar” en una de sus escenas, es un hecho casi tan conocido como el “nadie es perfecto”, tres palabras para la posteridad. Mi memoria, sin embargo, rememora con más frecuencia a Tony Curtis vestido de magnate millonario con ese blazer azul oscuro y esa gorra de marino que la consigna final a modo de colofón que soltaba Joe E. Brown a un desesperado Jack Lemmon.

Billy Wilder dirigió a Marilyn Monroe, Tony Curtis y Jack Lemmon y regaló a la historia del cine algo más que una película y a Niles una noche de roce con Maris sin venir a cuento… ¡de lo que es capaz el cine!


NILES: Eres como aquella actriz que permitió que todo el mundo viese cómo se le levantaba la falda en una película y luego se quejaba de que nadie la tomaba en serio como actriz.
FRASIER: Eso no tiene nada que ver. NILES: ¿Tú has visto esa película? Maris y yo la alquilamos en vídeo, no me importa decir que esa noche juntamos las camas. ¡Y no creas que fue fácil! Su cuarto está al otro lado del pasillo.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Nos vamos de Chardonnays



Chardonnay, para quien no lo sepa, es una variedad de cepa de uva blanca muy exquisita, cuyo origen está en Borgoña y se trata de la variedad francesa más extendida por todo el mundo, cultivándose en España y también en California… Para quien no lo sepa, el Chardonnay es también el vino favorito de Frasier Crane. Una decepción para los amantes del tinto.

Me pregunto si sirven Chardonnay en el Café de Oriente de Madrid, en el Chaflán o en el Mesón del Cid. Ahora tenemos la oportunidad de ir por ahí con aires de superioridad a preguntar si nos riegan las carrilleras de ternera con unas gotitas del vino ese. Total, llega la Madrid Restaurant Week y nos podemos montar la película. Si si, por 25 euros un entrante, un plato principal y un postre en los mejores restaurantes de la capital. Qué idea tan jugosa. Encima un euro de cada menú se destinará a proyectos sociales. Para que no nos entren remordimientos ‘frasianos’.

En la Taberna del Alabardero, por ejemplo, el menú de la semana fantástica está compuesto de gratinado de queso de cabra con verduritas y vinagreta de miel y nueces; lomo de merluza con almejas en salsa verde y canutillos rellenos de crema al calvados. Seguro que Niles Crane preferiría pisar el Ouimad y probar el gazpacho aterciopelado con melocotón de viña, dados de melón y virutas de ibérico; el rape con salsa de caviar, arenque y piquillos pilpineados y luego rematar con el cremoso de queso. Claro que tendría que convencer a su padre Martin, que fijo que cogería la chistorra crujiente de Arbizu y la pierna de cordero confitada de El Patio. Yo, lo siento, pero lo tengo claro: en el Europa Deco sirven un caldito caliente de puchero español y lágrimas de Wagyu al sarmiento… ¡y pensar que el postre es un borrachito de café con espuma de coco…! Yo de mayor quiero ser redactora de menús de lujo.

Todo esto no me lo invento yo, que la Madrid Restaurant Week parece un sueño pero es un evento inmediato que abrirá sus puertas del 21 al 30 de octubre. Claro que no es un invento patrio, porque la súper semana culinaria nació en Nueva York hace 16 años. Bueno para los que quieran informarse carta por carta de las delicatessen, ahí va un link sabrosillo:

http://estaticos.elmundo.es/documentos/2009/10/09/restaurantesweek09.pdf

Menú El Nervosa para hoy:

Entrante

MARTIN: Nada como el olor a carne quemada a la brasa…
NILES: Este olor me trae a la memoria algo que me resulta bastante familiar… ¡ah, claro! A Maris tomando sus rayos UVA.

Primero

NILES: No os he contado lo que me pasó. Uno de mis pacientes tuvo un lapsus bastante freudiano. Estaba cenando con su mujer y quiso decirle: ‘pásame la sal’ y en vez de eso le dijo ‘has arruinado mi vida so zorra’.

Y para terminar, un postre directo al paladar:

DAPHNE:- Pues a mi no me gustan tus comidas remilgadas
NILES: - ¿Qué insinúas, que soy un pretencioso?
DAPHNE: - ¡Te comerías un gusano si fuera francés!

Gracias por su visita.





martes, 13 de octubre de 2009

Buenos días, Seattle



El 16 de septiembre de 1993 Frasier llegó al mundo y convirtió en chiste aquello de “segundas partes nunca fueron buenas”.

11 temporadas en antena y 37 premios Emmys, entre otras muchas cosas, han hecho de esta comedia de situación el spin-off más aplaudido de la historia, dejando a Cheers en un plácido olvido y desvelando el personaje de Frasier Crane como el eje central de la mejor comedia de televisión de todos los tiempos.

El 13 de mayo de 2004 se emitió el último episodio en Estados Unidos. Pero el final está muy lejos. Los clásicos nunca mueren.

Espero que desde este blog podamos divertirnos mientras recordamos momentos memorables de esta serie, como si estuviéramos saboreando lentamente una taza calentita de café en el mismísimo Nervosa y estuviéramos charlando con nuestros queridos Frasier, Niles, Martin, Roz, Daphne y, por qué no, Eddie, de la actualidad, de las relaciones humanas, de esos lugares del mundo con los que soñamos visitar, de esas cosas que pasan y creemos que nunca nos ocurrirán, de eso que nos ocurre y pensamos que nunca le pasará a nadie…

Un diálogo es un buen pretexto para comenzar. Episodio 1, primera carcajada: "Buenas tardes, Seattle…[...] Mi mujer me abandonó, y fue muy doloroso. Unos días más tarde regresó; eso fue insoportable". Frasier dixit.

Que tengan buena salud mental y hasta la próxima.